1 de septiembre: el día que diremos adiós a las bombillas halógenas
Corría el verano de 2016 cuando la Unión Europea impulsó el fin de los focos halógenos por sus notorias consecuencias para el medio ambiente y su baja eficiencia energética.
Más todavía: desde el otoño de 2009, las fuentes de luz ineficientes desde el punto de vista energético han ido desapareciendo gradualmente del mercado, de acuerdo con la directiva europea, para favorecer el uso de tecnologías LED más eficientes y sostenibles.
La guerra quedó pendiente en cuanto a las bombillas halógenas, cuya fecha límite para la venta es inminente.
Según la Directiva ErP (EC) 244/2009, a partir del 1 de septiembre de 2018 ya no se podrán fabricar ni vender bombillas halógenas que hayan sido fabricadas después del 31 de agosto.
Sin embargo, un estudio de consumidores realizado por LEDVANCE revela que uno de cada dos consumidores en Europa desconoce esta prohibición y que el 67% ignora cuáles son sus consecuencias. De hecho, hasta un tercio de los encuestados todavía incluye en sus listas de compra viejas tecnologías de iluminación como bombillas halógenas (29%) o bombillas incandescentes (27%).
La prohibición cubre las populares bombillas halógenas clásicas que generalmente están hechas de cristal, emiten luz omnidireccional, tienen casquillo E27 ó E14, así como algunas bombillas no direccionales con casquillos G4 y GY6.35.
No obstante, pasará algún tiempo antes de que los consumidores noten los efectos de la prohibición, ya que los distribuidores podrán vender los stocks almacenados hasta fin de existencias. Por lo que aún hay tiempo suficiente para que los hogares españoles actualicen su iluminación pasándose a la bombilla LED.
El adiós a las bombillas halógenas significa que, a partir del próximo otoño, los consumidores deben replantearse sus compras y optar por el gran número de alternativas LED que hay disponibles en el mercado, cuyo aspecto es similar al de las halógenas, pero más eficientes: las bombillas LED equipadas con la última tecnología de filamentos son un buen ejemplo de ello, ya que se pueden utilizar como reemplazo directo de las antiguas bombillas halógenas.
Recordemos que una bombilla LED de 7 vatios equivale a una incandescente tradicional de 60 vatios, además de que esta nueva tecnología ofrece una mayor vida útil y permite una mayor variedad de color de la luz o temperatura del color: desde el blanco cálido al blanco frío.